miércoles, 13 de abril de 2016

¿Que Keiko no trabaja?


Por Patricia Robinson

El triunfo electoral se logró gracias a su intenso trabajo político

En las intervenciones de algunos candidatos que se presentaban como buenas opciones para estas elecciones no faltaban las frases “ha llegado la hora de recuperar la política” o “es necesario profesionalizar la política”. No obstante, esos discursos no eran muy coherentes con sus propias acciones, pues no dudaron en señalar a Keiko Fujimori como una persona que “nunca ha trabajado en nada”.

¿Que Keiko no ha trabajado? El sostenido respaldo ciudadano que Keiko Fujimori y su partido han obtenido a lo largo de todo el proceso electoral no es otra cosa que el fruto de su trabajo político en los últimos años. Todos concordamos en que los partidos políticos necesitan ser fortalecidos e institucionalizados, pero cuando Keiko decidió hacer eso se le criticó por “no tener un trabajo conocido” o por “recibir un sueldo del partido”. Mientras otros candidatos decidieron, legítimamente, dedicarse a sus actividades privadas, Keiko se atrevió a profesionalizar su actividad política: trabajar, formar su partido y hacer política. Su atrevimiento le costó más de un calificativo peyorativo.

Hemos visto, en esta campaña, que la mayoría de candidaturas estuvo más a merced de factores ajenos que de sus propias estrategias. Fue la desaparición de otras candidaturas lo que influyó más en su ubicación en el tablero electoral. Sin embargo esa situación no alteró en ninguna etapa del proceso las preferencias ciudadanas por Keiko Fujimori. Su partido consiguió un respaldo que no lograron los partidos más antiguos del Perú ni las alianzas de partidos. No se le puede, pues, mezquinar el trabajo político desplegado.

Pero más allá del resultado electoral, lo que es de destacar es su aporte al fortalecimiento de las organizaciones políticas, que son instituciones y vehículos fundamentales de la democracia, sin las cuales no se puede llegar al poder. En ese sentido Keiko tiene el mérito de haber contribuido al proceso de institucionalización de los partidos y de profesionalización de la política.

Keiko Fujimori
Keiko Fujimori también tiene el mérito de liderar una bancada que ha demostrado ser disciplinada y colaboradora con los asuntos del Estado. Keiko cuenta así con los tres componentes políticos indispensables para conformar —y sostener luego— un equipo eficaz: liderazgo, partido y bancada. Ahora que nos encontramos en un periodo que nos exige trabajar en la consolidación de todas nuestras instituciones, esta institucionalización de los partidos no debería ser soslayada.

La desconexión evidenciada de ciertos partidos con la población (a juzgar por los resultados obtenidos) es un incentivo para diseñar mecanismos que atraigan a aquellos jóvenes que desean participar en política. Los jóvenes deberían tener la posibilidad de encontrar en las organizaciones políticas los canales para expresar sus demandas, preocupaciones y anhelos; también para formarse y comenzar a hacer actividad política. Y esto último no se limita a salir a las calles a protestar, sino que implica tener una visión del país, reconocer los valores nacionales, respetar a los otros, querer trabajar por el país y para los compatriotas. Hacer política no es buscar un cargo; es querer contribuir con todos con lo que se sabe. Los jóvenes, así como están dispuestos a salir inmediatamente a decir “no” a alguna acción política que consideran perjudicial para ellos o para el sistema democrático, también tienen que conocer las reglas de juego y aprender a respetarlas.

Sí podemos recuperar la política y sus valores. Para ello debemos descartar el insulto, la falta de respeto, la violencia verbal y el ataque; estos son elementos que quiebran los puentes y tornan más complicada la posibilidad de llegar a acuerdos políticos, que un país siempre necesita para seguir creciendo.