lunes, 21 de octubre de 2024

El asesinato de Gustavo Madero

                                                                                            Por Antonio Crestani


Una noche Gustavo Madero entró sin previo aviso con Victoriano Huerta -amagándolo con una pistola- al despacho de su hermano Francisco en Palacio Nacional. Le dijo:

—Por fin, después de seguirle la pista mi gente y yo durante semanas, lo acabamos de encontrar en casa de Enrique Cepeda, junto con Félix Díaz, Gregorio Ruiz y el hijo de Bernardo Reyes, organizando descaradamente el cuartelazo que nos quieren dar apartir de la toma de la Ciudadela. En realidad vienen confabulándolo desde fines del año pasado. Conciertan juntas con jefes y oficiales del ejército y hacen propaganda contra ti en los cuarteles. Incluso se ven en lugares públicos, como la pastelería El Globo, y la gente a su alrededor escucha sus planes y las infamias que dicen de ti y de tu gobierno. Pero el principal instigador y cabecilla del grupo es este miserable… —y Gustavo le puso la pistola en la sien. Gustavo no era un hombre violento y en esos momentos parecía fuera de sí, sus labios temblaban y su ojo de vidrio parecía contagiarse del brillo de su ojo vivo.

El presidente Madero miró fijamente a Victoriano Huerta, imperturbable, con sus lentes oscuros y su holgado abrigo negro —así, como un ave agorera, según lo habían descrito en algún periódico—. Sin embargo, qué extraña relación tenía Madero con aquel siniestro personaje. ¿Era quien debía sacrificarlo, colocarle su corona de espinas, y a quien, desde ahora, tenía que empezar a perdonar, según le dictaron los espíritus diez años antes? Entonces, ¿de qué se trataba en realidad este encuentro tan crucial, del que su hermano Gustavo era testigo? ¿Algo así como circunstancias que él estaría tentado de llamar ceremoniales, una doble danza encadenada del victimario y la víctima, un cumplimiento? ¿Un cumplimiento de qué y para qué? Respondió:

—El propio general Huerta me ha informado de todos esos movimientos de nuestros enemigos. Se ha infiltrado entre ellos para conocer sus planes y hacérnoslos saber. De tal manera, Gustavo, nuestro compromiso con él es darle toda nuestra confianza y dejarlo trabajar en plena libertad… General Huerta, le reitero que estamos en sus manos.

Gustavo bajó la pistola y la otra mano la pasó por la cara, como apartando una sombra inconcebible.
—Prometo a usted, señor presidente, que mañana todo habrá terminado —le dijo Huerta.

En efecto, al día siguiente, 18 de febrero de 1913, todo habría terminado: el presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez serían apresados, y Gustavo sería cobarde y cruelmente asesinado.

Aquella misma mañana muy temprano, en la terraza del Castillo de Chapultepec, ante el océano verde de ahuehuetes centenarios que, parecía, levantaba olas cada vez más altas con el crecer del día, Gustavo insistió:

jueves, 17 de marzo de 2022

La atroz muerte del traidor Aureliano Blanquet

Por BERTHA HERNÁNDEZ


El muerto había sido un hombre grueso, corpulento. No estaba tan fácil cortarle la cabeza, pero los dos soldados del 40 regimiento de la caballería carrancista tenían que cumplir las órdenes de su jefe, el general Guadalupe Sánchez: en esta ocasión, no bastaba con matar al perro; había que volver con las pruebas. Así que aquellos hombres descendieron por la barranca de Chavaxtla, en Veracruz, para recuperar los despojos del hombre al que, antes de pronunciar su nombre, Aureliano Blanquet, ya se le anteponía el calificativo de “traidor”.

EL HURACAN DE LOS CUARTELAZOS

Rápido había corrido el tiempo para ese, que ya era cadáver, entre 1913 y 1919: desde joven había el trajín diario del militar; poco a poco había ganado ascensos, y cuando la revolución maderista mandó al exilio a don Porfirio, él, como tantos otros, había conservado su puesto, e incluso logró progresar, ascender.

jueves, 15 de julio de 2021

Fraude Electoral en Perú

                                                                                                Por Gabriela Moreno


Un “masivo y escandaloso fraude electoral» donde votaron supuestamente 44000 muertos, 35000 menores de edad aparecen como «integrantes» de mesa y existen firmas adulteradas es el arqueo del balotaje en Perú que el abogado constitucionalista Gonzalo Ortiz de Zevallos presentó ante el Ministerio Público, de modo que se pueda impugnar la jornada del 6 de junio entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo.

Su denuncia resuena. Asegura que tiene pruebas documentales para demostrar que “hay personas cuyas identidades han sido usurpadas, al aparecer como miembros de mesa electoral cuando no lo fueron”, divulgó Diario Las Américas. 

En esa misma dirección apunta que detectaron menores de edad en la conformación de la mesas que “están en el orden de los 12 o 13 años, cuando es a los 18 años que pueden hacerlo y todo eso consta en el padrón electoral”, además de que los peritajes arrojan una grafía «totalmente distinta». Ortiz de Zevallos sostiene que el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), la entidad que registra los decesos conoce la situación

martes, 15 de diciembre de 2020

¿Libre mercado o mercantilismo?

Por Carlos Parodi


Cada vez son más las voces que señalan que el Estado debería intervenir más en la economía. No solo ante la crisis que vivimos, sino de manera permanente. Las crisis, como la que vivimos, siempre generan presiones hacia una estrategia distinta. En este caso, el punto central de las críticas está relacionado con el libre mercado. Todas tienen en común un elemento: las culpables son las grandes empresas a quienes no les afecta nada y además son corruptas. En un inicio se culpó a las AFP’s, luego siguieron los colegios, los bancos, las farmacias, las clínicas, etc.  Poco a poco se va llegando al consenso que el sector privado es el culpable de todos los males del país. Entonces, la respuesta es el Estado.    

Primero, aclaremos los términos. Muchos sostienen que Perú tiene un modelo de mercado. Sostengo que tiene algunos elementos que constituyen una economía social de mercado, pero no todos. Ni siquiera estoy seguro si tiene un modelo. Los casos de corrupción que se han destapado en los últimos tiempos, tanto en el sector privado como en el público,  muestran algo: para lograr algo en nuestro país, necesitas tener contactos  con miembros del gobierno. Digamos que quiero hacer una carretera y postulo a un concurso público. Si estoy conectado con quien decide, gano la licitación, pero a cambio de favores futuros. Necesito una licencia para poner un negocio. Tengo que conversar con las personas encargadas que casi parece que nos hicieran un favor. Eso no es libre mercado; es mercantilismo, corrupción e incapacidad. No generalizo, pues conozco funcionarios honestos, pero son la minoría. 

domingo, 24 de mayo de 2020

Un problema

Por Jorge Luis Borges


Imaginemos que en Toledo se descubre un papel con un texto arábigo y que los paleógrafos lo declaran de puño y letra de aquel Cide Hamete Benengeli de quien Cervantes derivó el Don Quijote. En el texto leemos que el héroe (que, como es fama, recorría los caminos de España, armado de espada y de lanza, y desafiaba por cualquier motivo a cualquiera) descubre, al cabo de uno de sus muchos combates, que ha dado muerte a un hombre. En este punto cesa el fragmento; el problema es adivinar, o conjeturar, cómo reacciona Don Quijote.

Que yo sepa, hay tres contestaciones posibles. La primera es de índole negativa; nada especial ocurre, porque en el mundo alucinatorio de Don Quijote la muerte no es menos común que la magia y haber matado a un hombre no tiene por qué perturbar a quien se bate, o cree batirse, con endriagos y encantadores. La segunda es patética. Don Quijote no logró jamás olvidar que era una proyección de Alonso Quijano, lector de historias fabulosas; ver la muerte, comprender que un sueño lo ha llevado a la culpa de Caín, lo despierta de su consentida locura acaso para siempre. La tercera es quizá la más verosímil. Muerto aquel hombre, Don Quijote no puede admitir que el acto tremendo es obra de un delirio; la realidad del efecto le hace presuponer una pareja realidad de la causa y Don Quijote no saldrá nunca de su locura.

viernes, 25 de octubre de 2019

El capítulo económico de la Constitución de 1993


Por Waldo Mendoza

Una de las demandas más permanentes de la izquierda peruana es la de una Asamblea Constituyente que disuelva la Constitución de 1993. ¿Para qué? Sus políticos lo repiten como un mantra, “para refundar el país”, sin poder explicar, en concreto, para qué. Sus economistas lo tienen más claro: quieren cambiar el capítulo económico. ¿Para qué? Aquí sustentamos que sería una torpeza.

El objetivo final de la política económica es el bienestar de la población. El medio para alcanzar ese objetivo es el crecimiento del empleo y de los ingresos, y esto solo ocurre con el crecimiento económico de largo plazo. Esta asociación es tan poderosa como la ley de la gravedad.

En consecuencia, los que creen que hay que cambiar el capítulo económico de la Constitución tendrían que demostrarnos que con su propuesta al Perú le irá mejor. Están en un gran problema. Al Perú le ha ido muy bien en este siglo: su crecimiento económico ha sido el más alto en América Latina.

miércoles, 31 de julio de 2019

La verdad sobre Allende


Por José Barba Caballero

Los sucesos de Chile que culminaron con el derrocamiento y suicidio de Salvador Allende tienen una historia muy distinta de como la cuentan los marxistas criollos y nuestros intelectuales de opereta. Hasta 1970 Chile era un país que había conquistado logros notables: educación básica y media superior a la de cualquier país latinoamericano y un Parlamento que estaba entre los más antiguos del mundo. Por esta conciencia cívica de respeto y tolerancia a las ideas, los chilenos se sentían orgullosos de ser llamados “los ingleses de América Latina”. Pero todo esto terminó con Salvador Allende.

Para comenzar, no es cierto que Allende recibió una mayoría absoluta del voto popular. En las elecciones generales de 1970 sólo obtuvo el 36.2%, contra el 34.9% de Jorge Alesandri y el 27.8% de Rodomiro Tomic. Ante tales resultados (La Constitución chilena lo estipulaba así), correspondió al Congreso el derecho a elegir al  nuevo Presidente de la República. Y entonces sucedió lo increíble; la Democracia Cristiana (en un error histórico que todavía lloran) optó por Allende, comenzando así la tragedia que traería un baño de sangre sobre Chile.

viernes, 20 de julio de 2018

Soros financia ONGs marxistas en el Perú


Por Élvis Occ

Algunos tenemos información de quienes financian a ciertos columnistas, personajes políticos, activistas, blogs, páginas y ONGes en el país. También tenemos fundadas sospechas sobre algunas donaciones en euros a algunas causas y sus más populares dirigentes. Sin embargo, pocas son las ocasiones en que podemos afirmar con seguridad quién financió a quién y para qué. Porque, como han de saber -si no lo saben entérense- nada, absolutamente nada es gratis. Siempre habrá el consabido “toma y dacá”.

Ahora sí podemos afirmar que el multimillonario financista estadounidense George Soros, mete su billete en un buen número de ONGs en Perú, muchas de ellas marxistas. Es sabido también que su dinero llega a muchos otros lugares del mundo a través de su ONG Open Society Foundation. Resulta que unos traviesos hackers rompieron la seguridad encriptada de los archivos de su ONG y obtuvieron camionadas de información, entre correos y memos, que después publicaron en una página de internet llamada: soros.dcleaks.com

martes, 19 de diciembre de 2017

El tetrágono de Lisandro Medina (a la manera de Borges)

Por Ernesto Sabato

Abulgualid Muhámmad ibn-Yussuf, heresiarca siriaco del siglo VI, en sus comentarios apócrifos sobre El libro de los Reyes, mantuvo (libro decimonono, apartado séptimo) que el doble tetrágono irregular no es una representación del Innominable, sino el propio Dios. Jorobado y falaz, no logró dirimir la secular disputa, pero sus cacofonías envilecieron considerablemente el problema.

Mil doscientos veintitrés años después, mientras caminaba en el crepúsculo por la calle Cochabamba, meditando en aquel capítulo del irrisorio gnóstico, tuve de pronto la revelación de su sentido secreto, o lo que, de alguna manera, podía ser uno de los infinitos significados de su afirmación.

Enrique Amorim me había mandado desde el Salto Oriental un ejemplar de la primera edición del Fausto criollo. Descuidado o haragán, lo había dejado sin hojearlo sobre un anaquel de mi biblioteca. En ese instante, la negligencia o la pertinaz estupidez me impidieron rememorar que el descuido no existe y que nada de lo que sucede en el Universo deja de estar sometido a una ley rigurosa y secreta, y que infinitos actos habían prefigurado y determinado aquel modesto acontecimiento. Supuse (creí suponer) que el Fausto criollo quedaba abandonado en mi biblioteca por un trivial ataque de negligencia.

(Incompleto) [anotación de Ernesto Sábato].

Aparecido en el suplemento Babelia del diario "El País", Madrid, 4 de marzo de 1995.

jueves, 28 de septiembre de 2017

¿Unicameralidad o bicameralidad congresal?

Por Álvaro Sarco

El Perú creció con un congreso unicameral. ¿Acaso la bicameralidad que reinó en los ochentas impidió la ruina del Perú? Al contrario, fue un escollo más contra el progreso, un oneroso monumento a la demagogia, un despliegue vanidoso de retórica para obtener el fácil aplauso de las graderías. El punto es mejorar la calidad y la eficacia de los congresistas. Bastaría que gente como Kenji Fujimori no vuelva a calentar un escaño para que el primer poder del Estado mejore en todo sentido.

Congreso del Perú
Algunos añoran la retórica con la que se regodeaban los congresistas de la época de la bicameralidad. Pero no basta ser un aceptable orador para convertirse en un buen congresista; fatuo e irresponsable es el abuso del examen revestido de pomposidad verbal en momentos en que urge tomar decisiones. Ciertamente, el congresista debe saber argumentar y persuadir durante el debate, pero sin llegar al punto de perderse en esa facultad olvidando todo sentido o criterio práctico.

En vez de pensar en la bicameralidad, los partidos políticos y alianzas deberían preocuparse por elaborar y presentar listas congresales con gente preparada, seria y moralmente intachable. Lo que realmente urge es perfeccionar los filtros en la elaboración de las listas parlamentarias. ¿De qué serviría un congreso bicameral si seguimos con demagogos como Yonhy Lescano?

miércoles, 5 de julio de 2017

¡Kenji para director de El Comercio!

Por Ricardo Vásquez Kunze


El Comercio nunca deja de sorprender. En su editorial de hoy afirma que "en Fuerza Popular, a quien propone ideas razonables le reclaman madurar". Esto en alusión a las reiteradas veces que el congresista Kenji Fujimori se ha opuesto públicamente a diferentes posiciones de su bancada, que el diario enumera y a las que obviamente también se opone.

Independientemente de lo que a El Comercio le pueda parecer maduro o inmaduro, razonable o irracional, la crítica de los colegas del congresista Fujimori apunta al hecho de que este no asume ninguna responsabilidad dentro de la agrupación política por la que fue elegido ni tampoco por la función parlamentaria que ejerce esporádicamente, como es bien sabido por aquellos que nunca lo ven en el Congreso.

viernes, 31 de marzo de 2017

Fujimorismo: ¿segunda ofensiva caviar?



Meses previos a las elecciones del 2016, una rara iniciativa de Steven Levitsky fue aceptada por Keiko: desalbertizar y caviarizar a Fuerza Popular (FP). En Harvard, ella mostró su simpatía con la ideología de género; sacó de las listas congresales a líderes históricos del fujimorismo y aceptó el ingreso de una dotación caviar a FP poniendo a V. Huaroc en su plancha presidencial; quien, a pocos días de la elección, negligentemente se hace desembarcar de la segunda presidencia; y, a continuación, todo al anti fujimorismo estatal y mediático (¿bajo auspicio de Odebrecht?) arremetió, vilmente, contra J. Chlimper; con cuyo desembarco, caía la candidatura de Keiko.  El 2016, ¿hubo una infiltración para destruir la candidatura de Keiko por fuera y por dentro?

Actualmente, la izquierda mediática caviar impulsa una campaña resaltando algunos mensajes de Kenji en su twitter, sobre discrepancias con algunas iniciativas de su bancada congresal; casos: Figari-sodalicio e iniciativa legislativa para prohibir que corruptos dirijan medios. Esta ofensiva, estaría dirigida a generar condiciones para un proceso divisionista en FP, ¿están infiltrados en entorno de Kenji? Últimamente, a Keiko, le han acuñado una palabra para debilitarla: “perdedora” y los halagos soliviantados, a Kenji, están asociados a burlas.

martes, 3 de enero de 2017

¿Qué es la “alt-right”? La derecha radical que ha irrumpido en la Casa Blanca de Trump


Por Argemino Barro

En Estados Unidos se escucha estos días el concepto de “nueva normalidad". La “nueva normalidad” significa que las convenciones, lo que damos por hecho, han sido reescritas, lo que no se sabe muy bien es cómo ni con qué consecuencias. Donald Trump es presidente electo. Y uno de los conceptos clave para entenderlo es “alt-right”, la “derecha alternativa”. Un movimiento político que en apenas un año ha pasado de los sótanos de internet a la Casa Blanca. Así lo describen críticos y defensores.

“La derecha alternativa es un término acuñado en 2008 por Richard Bertrand Spencer, que encabeza el 'think-tank' supremacista blanco conocido como el National Policy Institute, para describir un conjunto holgado de ideas de extrema derecha centradas en la 'identidad blanca’ y la preservación de la ‘civilización occidental’”. Son palabras del Southern Povery Law Center, una ONG que vigila a los “grupos de odio” en EEUU.

Según el SPLC, la derecha alternativa dice que el multiculturalismo y la corrección política amenazan los valores que representa el hombre de raíz europea. Y agrupa casi de todo: supremacistas, anarcocapitalistas, tradicionalistas católicos o arqueofuturistas. Grupos de derecha que se oponen al 'establishment'.

martes, 1 de noviembre de 2016

El socialismo y las reformas

Por Axel Kaiser


El socialismo es ante todo una doctrina sobre la explotación. Su postulado central es que existen explotadores y oprimidos que se encuentran en irremediable conflicto. El socialista cree tener el deber de redimir a los explotados de la opresión de que son víctimas, poniendo fin o disminuyendo considerablemente la posición de poder del supuesto explotador. En última instancia, el socialismo aspira a un objetivo aparentemente noble que es la libertad "real" de los oprimidos y la construcción de un orden de mayor paz y armonía.

Si bien, en abstracto, el objetivo declarado puede ser loable, el espíritu que anima todo proyecto genuinamente socialista necesariamente debe ser el odio. Esta es una consecuencia casi inevitable de la visión de la sociedad como un conflicto entre clases enemigas donde una abusa sistemáticamente de la otra. Pues evidentemente si se cree que una clase es moralmente miserable y abusadora, no se puede tener más que rabia en su contra.

jueves, 26 de mayo de 2016

El mito de los seis mil millones desaparecidos


Por Jorge Peschiera Casinelli


En cada nueva elección los opositores del fujimorismo vuelven a desempolvar acusaciones de todo tipo, muchas de ellas infundadas o distorsionadas. Una de las que más se repite es que durante el gobierno de Alberto Fujimori desaparecieron seis mil millones de dólares, producto de las privatizaciones.

¿Pero cómo desapareció ese dinero? ¿Dónde está la plata?

¿Por qué no empezar buscando la información oficial? El Banco Central de Reserva (BCR) viene reportando las cuentas fiscales desde 1995. Una de las series estadísticas que explica el financiamiento del Estado es la denominada “Financiamiento Neto – Privatización”. Esta serie, que se muestra en el cuadro 1 para el período 1995 a 2000, indica cuánto dinero proveniente de las privatizaciones sirvió para financiar el Presupuesto Público.

Como se puede apreciar, la mayor parte del dinero que supuestamente desapareció sirvió para financiar el Presupuesto Público. Los dispositivos legales relacionados con las privatizaciones permitieron el uso de los recursos obtenidos para ciertos fines, lo cual se efectuó dentro del marco presupuestal del Estado.

jueves, 5 de mayo de 2016

La tergiversación de la historia


Por María Cecilia Villegas

Y es que aquí no importan las instituciones per se, sino cómo y a quién se le aplican

Existe en la memoria colectiva del Perú una tergiversación de la historia reciente. El terrorismo ha pasado a llamarse conflicto armado interno. Belaunde es considerado uno de los mejores presidentes. Fujimori habría sido un asesino que ni derrotó a Sendero ni hizo las reformas que han permitido el crecimiento económico y la caída de la pobreza de los últimos 25 años. Pedro Huilca habría sido asesinado por el Grupo Colina. Y el Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar (PSRPF) habría realizado 300,000 esterilizaciones forzadas. Nada de eso es cierto, y muchos de quienes lo propalan lo saben.

En Cinco esquinas, Mario Vargas Llosa mezcla tiempos y hechos, identificando la corrupción del montesinismo con la violencia desatada por el terrorismo, a pesar de que ocurrieron con años de distancia.

En el Informe Final de la CVR, Fujimori es responsable de delitos de lesa humanidad, mas no de la captura de Abimael. Y Belaunde y García, quienes gobernaron en los años donde más violaciones a los derechos humanos hubo, solo responsables políticos. 

martes, 19 de abril de 2016

La verdad de una mentira

Por María Cecilia Villegas 


Entre 1996-2000 el MINSA implemento el Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar para garantizar el acceso universal a los servicios de salud reproductiva, planificación familiar y salud sexual, priorizando los sectores más pobres y vulnerables.

El objetivo fue mejorar las condiciones de salud reproductiva en los segmentos marginados de la sociedad, dándosele énfasis a la población de la sierra por la gran desigualdad que existía en el acceso a los servicios de salud y en los índices de desarrollo. Así si la mortalidad materna del país era 261 x 100,000, en Ayacucho era 1039; si la tasa de fertilidad global era 3.2, en Huancavelica era 6.5 hijos por mujer; si la tasa de mortalidad infantil era 43 x 1000 nacidos vivos, en Apurímac era 106. Solo 1 de 5 nacimientos ocurría en un hospital. En 1993, 1670 mujeres murieron por causas relacionadas con el embarazo, parto y post-parto. Esto es una muerte cada 5 horas.

miércoles, 13 de abril de 2016

¿Que Keiko no trabaja?


Por Patricia Robinson

El triunfo electoral se logró gracias a su intenso trabajo político

En las intervenciones de algunos candidatos que se presentaban como buenas opciones para estas elecciones no faltaban las frases “ha llegado la hora de recuperar la política” o “es necesario profesionalizar la política”. No obstante, esos discursos no eran muy coherentes con sus propias acciones, pues no dudaron en señalar a Keiko Fujimori como una persona que “nunca ha trabajado en nada”.

¿Que Keiko no ha trabajado? El sostenido respaldo ciudadano que Keiko Fujimori y su partido han obtenido a lo largo de todo el proceso electoral no es otra cosa que el fruto de su trabajo político en los últimos años. Todos concordamos en que los partidos políticos necesitan ser fortalecidos e institucionalizados, pero cuando Keiko decidió hacer eso se le criticó por “no tener un trabajo conocido” o por “recibir un sueldo del partido”. Mientras otros candidatos decidieron, legítimamente, dedicarse a sus actividades privadas, Keiko se atrevió a profesionalizar su actividad política: trabajar, formar su partido y hacer política. Su atrevimiento le costó más de un calificativo peyorativo.

jueves, 18 de febrero de 2016

Los orígenes del racismo contemporáneo

Por Eduardo Montagut



Planteamos la existencia de dos líneas de pensamiento y que tendrían una clara conexión entre sí. En primer lugar, estaría el darwinismo social, que supuso la aplicación de la teoría de la selección natural de Darwin a las sociedades y a las relaciones entre Estados y pueblos. Estas relaciones eran concebidas por los darwinistas sociales como luchas por la supremacía. Algunas “razas” o pueblos eran considerados como superiores debido al proceso evolutivo, como ocurriría en el mundo natural. Los más fuertes lograban imponerse. De ahí se dio el paso de considerar que los más aptos y, por lo tanto los supervivientes eran los que tenían el derecho moral de dominar a los demás. El darwinismo social se aplicó a las políticas internacional y colonial a finales del siglo XIX. El premier británico, Lord Salisbury, explicó esta idea en un discurso de 1898, año clave del triunfo de su país y de desastres para otras naciones europeas en el ámbito colonial. La Revolución Industrial y sus aplicaciones tecnológicas y militares habían producido una división entre los países del mundo. Por un lado, estarían las naciones vivas, que se irían fortaleciendo cada vez más y, por otro, las moribundas, cada día más débiles. Por distintas razones –políticas, filantrópicas o económicas- las naciones fuertes terminarían por apropiarse de los territorios de las moribundas, provocando conflictos. No podemos olvidar, por otro lado y como apuntábamos más arriba, que el darwinismo social también tuvo su aplicación en el seno del mundo desarrollado para intentar explicar las diferencias sociales en pleno triunfo del capitalismo. Estas interpretaciones tuvieron un evidente protagonismo en la Inglaterra victoriana.

viernes, 29 de enero de 2016

El virus populista


Por Axel Kaiser


¿Qué tiene en común el populismo con un virus? En primer lugar, que es altamente destructivo. Una vez que logra penetrar las defensas del cuerpo, ya el daño es inevitable, y solo cabe esperar y fortalecer el sistema inmunológico para recuperarse y recomponer todo lo que ha destruido.

En segundo lugar, como un virus, el populismo es contagioso. Tome la idea de la nueva Constitución, por ejemplo. Como bien sabemos, los países serios no hacen nuevas constituciones, salvo en casos de grandes catástrofes, como fueron los casos de Alemania y Japón luego de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, los países más bien bananeros ven en las constituciones una pócima para solucionar todos los males inimaginables, una especie de acto refundacional que construirá "una casa común" donde todos convivirán en perfecta armonía y abundancia, como si el problema fuera la casa, y no quienes la habitan.

martes, 24 de noviembre de 2015

La España negra y la tauromaquia



Aquí no tomamos el adjetivo negro en su sentido cromático habitual (y mucho menos en sentido racial alguno), sino en el significado peyorativo de siniestro con que hablamos de la novela negra o de un negro porvenir y que los autores regeneracionistas usaban para referirse a la España negra como el compendio de nuestras más tenebrosas tradiciones.

De la palabra latina mores (costumbres) procede nuestro término moral. El conjunto de las costumbres y normas de un grupo o una tribu constituye su moral. Cosa muy distinta es la ética, que es el análisis filosófico y racional de las morales. Mientras la moral puede ser provinciana, la ética siempre es universal. Desde un punto de vista ético, lo importante es determinar si una norma es justificable racionalmente o no; su procedencia tribal, nacional o religiosa es irrelevante. La justificación ética de una norma requiere la argumentación en función de principios generales formales, como la consistencia o la universalidad, o materiales, como la evitación del dolor innecesario. Desde luego, lo que no justifica éticamente nada es que algo sea tradicional.

Algunos parecen incapaces de quitarse sus orejeras tribales a la hora de considerar el final del maltrato público de los toros. No les importa la lógica ni la ética, el sufrimiento ni la crueldad, sino sólo el origen de la costumbre. La crueldad procedente de la propia tribu sería aceptable, pero no la ajena. En cualquier caso, y contra lo que algunos suponen, ni las corridas de toros son específicamente españolas ni los correbous (o encierros) son específicamente catalanes. De hecho, ambas salvajadas se practicaban en otros países de Europa, como Inglaterra, antes de que la Ilustración condujera a su abolición a principios del siglo XIX.

viernes, 9 de octubre de 2015

¿Qué quieren los nazis?

 

EL PROGRESIVO CRECIMIENTO del nazismo es un fenómeno político y social digno de observarse. El nazismo es una nueva forma de Fascio fundado en 1919 por Adolfo Hitler, natural de Braunau, alta Austria, antiguo suboficial de la gran guerra, ex ar­tesano pintor y autodidacta. El 8 de noviembre de 1923, Hitler, ayudado por Ludendorff, el mariscal derrotado del ejército imperial, intentó el golpe de estado o "putsch" de Munich. La revuelta fue rápi­damente dominada y en abril de 1924 el tribunal que juzgó a Hitler lo condenó a cinco años de pri­sión. Desde la cárcel, Hitler continuó organizando su partido, que poco a poco fue ganando adeptos. Hoy, doce años después de fundado, el partido nazi es una fuerza creciente que marcha con banderas desplega­das hacia el poder.

Este es un hecho real, histórico, trascendente, que merece analizarse. Afirmar que Hitler y su partido no se detendrán sino en la Wilhemstrasse de Berlín no es lanzar una vana profecía. El nazismo puede contar con mucha oposición en el ejército, con gran resistencia de parte de Hindenburg y con la valla de los partidos comunista, social-demócrata y cató­lico, pero es evidente que avanza y arrolla. ¿Cómo puede explicarse este fenómeno de fascistización en un país de tan superindustrializada, numerosa y culta clase obrera, foco del socialismo científico y el mejor baluarte de sus teorizantes y filósofos? Vale detenerse ante estas interesantes cuestiones. Y vale además recordar que el partido comunista cuenta y ha contado con millones de adherentes, con otros tantos millones el partido socialista o social-demócrata; que hay mi­llones de desocupados, más un duro yugo económico a consecuencia del Tratado de Versalles y de los planes Dawer y Young, amén de la proximidad de Rusia y de los recuerdos incitantes de la revolución de 1918 y del intento de 1923. Todo esto indicaría “condiciones objetivas” favorables para una revolución socialista. Empero el hecho es otro: la próxima revolución alemana será nazi, es decir, más bien de tipo fascista. A ella se suman ya grandes falanges de juventud y, lo que es más importante, de juventud obrera.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Una cruzada contra la libertad reproductiva



El primer ministro de India, el sij Manmohan Singh, siempre luce turbante. Los sijs piensan que los cabellos forman parte de nuestra naturaleza, que crecen por la gracia de Dios y que no hay razón alguna para cortarlos. No se los cortan nunca, sino que los arremolinan sobre la cabeza y los cubren con el turbante. En resumen, los sijs prohíben cortarse el pelo, pero se lo prohíben a sí mismos, no a los demás. El sijismo es una religión tolerante. Y Singh es uno de los líderes políticos más respetados del mundo actual. Aunque es el jefe del Gobierno, y aunque él no se lo corta, no se le ocurriría prohibir el corte de pelo al resto de los indios ni imponer el turbante a golpe de decreto. Singh es un auténtico demócrata, que no pretende abusar del monopolio legal de la violencia que ejerce el Estado para imponer las opiniones y valores de su secta a los ciudadanos que no las comparten.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que tantas cosas hizo mal, hizo bien algunas, como la ley orgánica de 2010 que despenaliza la práctica voluntaria del aborto durante las primeras 14 semanas del embarazo. Con esta ley tan moderada y poco original, no hacía sino adaptar la legislación española a lo que es normal en toda Europa (con la excepción de Irlanda y Polonia, bloqueadas por la tremenda interferencia eclesiástica) y en casi todo el mundo desarrollado, desde Estados Unidos y Canadá hasta China y Japón, pasando por India, Rusia, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, etcétera.

lunes, 31 de agosto de 2015

Alberto Hidalgo y la originalidad coherente


Por Jaime Cabrera Junco

Revuelta Editores ha reeditado Los sapos y otras personas, libro de relatos del polémico escritor arequipeño Alberto Hidalgo, aquel que además de poeta era un libelista que encendía la ira de muchos a quienes criticaba con sus palabras. Sin embargo, no hay que olvidar que uno lee obras y no a personas.
El nombre de Alberto Hidalgo (Arequipa, 1897 – Buenos Aires, 1967) encendía la furia de muchos aun en el día de su muerte. Hoy, casi cincuenta años después, bien valdría la pena recordar quién fue, más allá del poeta arequipeño que escribía libelos contra sus enemigos. Poeta, narrador, dramaturgo y periodista, Hidalgo quiso estar siempre en la vanguardia de aquella faceta que ejerciera. Sin duda fue una personalidad destacada dentro del ámbito poético de su tiempo. No fue en vano su creación del simplismo, ideal estético del que fue pionero gracias al poemario del mismo nombre que publicó en 1925 y sobre el que todavía se habla al referir la vanguardia latinoamericana. A su narrativa, sin embargo, tal vez por carecer de la novedad del ‘ismo’ y encontrarse reunida en un solo libro o por haberse enemistado con todo el mundo (ganó enemigos acá y donde fuera), no se le prestó atención. Una nueva edición que Revuelta Editores presenta este año (2014) de Los sapos y otras personas, único libro de relatos del autor (la primera se publicó en Buenos Aires, 1927), devuelve al poeta arequipeño al campo de la narrativa y demuestra que, en ese rubro, Hidalgo tampoco puede considerarse un escritor menor.

jueves, 6 de agosto de 2015

El ideal socialista

Por Axel Káiser


Ninguna persona sensata podría negar que hay algo en el ideal socialista que apela a parte de los impulsos más nobles que es capaz de exhibir nuestra especie. Incluso, un demoledor de Marx como el filósofo liberal Karl Popper diría que el alemán estaba fundamentalmente preocupado por el bienestar moral y material de la humanidad. Y es que la ideología socialista moderna surge como respuesta a una de las más grandes angustias que pueda experimentar el ser humano: la pobreza material.

La Revolución francesa, la primera revolución socialista de los tiempos modernos, en un principio tuvo por objeto la defensa de los derechos del hombre, pero al poco andar derivó en un esfuerzo desquiciado por asegurar la igualdad material en una Francia en que parte de la población literalmente moría de hambre.