sábado, 11 de enero de 2014

Cuaderno de notas, I


Carlos García (Hamburg) [carlos.garcia-hh@t-online.de]


In Memoriam (1): Nigel Dennis (1949-2013)

Me entero por casualidad y con mucho retraso de la muerte del bonhomme de lettres Nigel Dennis. Sor­presa y dolor. Ignoraba que hubiera estado enfermo. 

El Hispanismo internacional ha perdido así a uno de sus mejores hom­bres. Pero aparte de ser un in­vestigador de fuste, un estudioso trabajador y concienzudo, Nigel Dennis era, hasta donde alcanzo a ver, una per­sona encantadora, de muy fino trato y elegantes maneras, siempre cordialmente dispuesto a prestar su colaboración. Po­seía largamente varias cualidades británicas: cortesía, humor, ironía, dominio del under­state­ment

Nos conocimos personalmente en Madrid, en 2007, en ocasión de las “Primeras Jor­nadas Internacionales Ramón Gómez de la Serna” organizadas por el BoletínRA­MÓN en el “Centro de Arte Moderno”, en cuyo marco tanto él como yo leí­mos po­nen­cias.

Hasta ese momento, sólo me era conocido de oídas y por haber leído desde fines de los 90 alguno de sus libros. Sabía ya, pues, de su merecida fama como especialista en José Bergamín, Giménez Caballero, Gómez de la Serna y muchos otros temas y autores. Como novato que yo era, me resultó un agradable e inesperado espalda­razo que se me acer­cara para estrechar mi mano y felicitarme por mis trabajos.

A partir de allí, entablamos un fructífero diálogo mediante correo electrónico. Por esa época, Nigel investigaba y escribía sobre Ramón y la radio. Tuve el honor de poder ayudar a su labor enviándole algún material. Nigel retribuyó con generosa holgura esa ayuda inicial, ya que me proporcionaría más tarde muchos materiales útiles para mis pro­pios estudios, así como para los de amigos o conocidos míos a quienes me ayudó a ayudar.

No resisto mencionar un rasgo anecdótico, pero característico: no hubo tema nuevo para mí en el cual, al profundizar, yo no encontrara algún trabajo suyo – previo a mi interés en 10, 15 o 20 años. Nigel ya había estado allí, ya había hecho en todos y cada uno de esos casos alguno de sus esenciales aportes.

Nuestros últimos intercambios de opiniones y materiales, descontando algún saludo circunstancial o envío mutuo de publicaciones, estuvieron relacionados con Giménez Caballero. 

Yo estaba escribiendo con María Paz Sanz Ál­varez nuestro libro Gacetas y meri­dia­nos. Correspondencia Ernesto Giménez Caballero-Guillermo de Torre (1925-1968), aparecido luego en Iberoamericana / Vervuert: Ma­drid / Frankfurt am Main, 2012.

Nigel había compilado (desde luego: años antes...) un volumen crítico sobre Gecé, que hasta hoy no ha sido publicado. Huelga decir que eso es un escándalo: cono­ciendo la manera de trabajar de Nigel Dennis y la valía de los nombres por él selec­cionados para conformar ese volumen, puede colegirse que se trata de una obra interesante y útil por demás, de la cual todos los investigadores podrían aprove­char­se para llevar ade­lante alguno de los temas relacionados con Giménez Caballero. Hago votos por que ese libro vea pronto la luz.

Quede aquí constancia de mi dolorido, pero grato recuerdo de Nigel Dennis.

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