lunes, 21 de julio de 2014

Juan Ramón Jiménez, Norah y Elena (1923)

Por Carlos García (Hamburg)


La edición llevada a cabo por Alfonso Alegre Heitz­mann del Epis­tolario II, 1916-1936 de Juan Ramón,[1] nos depara un pe­queño enigma, que creo poder desvelar.

El editor nos dice (pág. 289, nota 77):

He encontrado en la Sala Zenobia y Juan Ramón Jiménez tres “cartitas” fir­madas por Norah y Elena dos de ellas y por Helena y Norah la tercera (ellas mismas alternan las grafías Helena / Elena). Ninguna va fechada ni indica los apellidos de las corresponsales, pero sí la procedencia: Buenos Aires.

La primera respuesta de Jiménez es del 25 de marzo de 1923: es decir que la misiva de las ignotas corresponsales debe de haber sido en­viada, a más tardar, a comienzos de marzo.

La carta siguiente de Juan Ramón es del 15 de septiembre de 1923, en respuesta a una carta escrita por ambas, pero con letra de Helena. 

Esa “tercera cartita” debe fecharse hacia fines de agosto a más tardar. Sin embargo, creo, por motivos que se verán luego, que es de julio, y que Jiménez simplemente se tomó tiempo para responder.

En su carta, éste dice (pág. 303):

No sé quienes son ustedes, ni se lo pregunto, hermanas o amigas, sólo les digo que sus cartas fundidas –verdaderas flores escritas– me tienen a He­lena y a Norah, desde el primer día, cerca del corazón sonriente.

Las autoras de esas misivas son, a mi entender, Norah Bor­ges y Helena Martínez.

Si propongo julio de 1923 para fechar la tercera misiva es porque en la segunda mitad de ese mes Norah y su familia abandonaron Buenos Ai­res para pasar a Europa.

Ambas mujeres mencionadas eran amigas, y trabajaban por esas fechas en proyectos comunes.

La primera mención de Helena de la que tengo noticia procede del pri­mer número de Proa. Revista de Literatura, que Jorge Luis Borges y sus amigos dieron a luz en Buenos Aires en agosto de 1922. Allí figuran “Poemas” de Helena Martínez.

La misma figuró en la antología titulada “Poemas ultraístas”, que traía textos de Jorge Luis Borges, Fran­cisco Piñero, Nora Lange, Clotilde Luisi, Elena Martínez [sic], Gui­llermo Juan [Bor­ges], Roberto A. Ortelli y E. González Lanuza. Apareció en Nosotros XLII 160,Buenos Aires,  sep­tiembre de 1922. La selección del material poético no estuvo a cargo de Borges, sino, según carta suya del 20-XI-1922, de uno de los funda­dores y directores de la revista, Alfredo Bianchi, en base al ma­terial que Borges le proporcionara. 

Ya más cercana a la época que nos ocupa, hallamos un texto del infal­table Gui­llermo de Torre: “Poetisas argentinas (Norah Lange. Helena Martínez Mur­guion­do, Ma­­ría Clemencia López Pombo)”: Re­vista de Casa América-Galicia 29, La Coruña, mayo de 1923 [reedicíon facsímil: I, 274].

El trabajo de Torre comienza con estas palabras:

Norah Lange y Helena Martínez Murguiondo y María Clemencia López-Pom­bo: He aquí los nombres impolutos de tres novísimas poetisas, aún iné­ditas, extremadamente jóvenes, surgidas ante la reverberación vital de Bue­nos Aires. Muy líricas y muy femeninas: esta sencilla calificación superlativa lleva en sí el mejor elogio que pueda hacerse de tal fragante tríptico prima­veral. Pues la cualidad femínea, neta y desenfadadamente femenina, hasta los últi­mos límites audaces de la sinceridad erótica, es la que más res­pla­ndece en estas sentimentales cantoras porteñas.

Tras aludir a las poetas uruguayas Delmira Agustini, Juana de Ibar­bou­rou y Luisa Luisi, a Gabriela Mistral, Teresa Wilms y (crítica­mente) a Al­fonsina Storni, Torre prosigue:

[N]os atrevemos a presentar hoy a las tres poetisas argentinas aludidas, for­madas bajo la égida de Norah Borges: El plural fervor estético de esta pin­tora ha prendido en el alma de estas aurorales poetisas, demasiado tiernas e im­precisas aún, mas para las que, solicitando la sonrisa comprensiva del lector, nos bastará solo insistir sobre su radiante juventud: ninguna de ellas rebasa todavía la línea meridional de los veinte años...

Torre reproduce a continuación poemas de las tres autoras;  el de “M. Murguiondo” [sic] se titula “Horizonte”, y está firmado en Buenos Aires en mayo de 1923.

También César González Ruano aludirá a Helena en su libro Poetisas mo­dernas. Ensayos críticos. Delmira Agustini. Juana de Ibarbourou. Luisa Luisi. Gabriela Mistral. Luisa-Fernanda Inclán. Alfonsina Strorni. Margarita Abella Caprile. Susana Montiel. Alcira Bonazzola. Dulce María Borrero. Marái Villar Buceta. Giana Valdés Roig. Norah Lange. María Clemencia López Pombo. Helena M. Murgiondo. Clotilde Luisi. Dulce María Loynaz. Madrid: Fernando Fe, 1924 (Literatura americana). No he logrado ver este volumen, pero conjeturo que depende en gran me­dida del estudio de Torre.

(Por lo demás, conviene corregir expresamente un error: Torre dice que las poetas por él comentadas son inéditas, pero eso no era cierto al mo­mento de aparecer su trabajo, según con­signé más arriba, ya que He­lena había sido publicada en Proa y en Nosotros.)

En los años anteriores a su fallecimiento, la investigadora argentina May Lorenzo Alcalá y yo inter­cambiamos mucho mate­­rial e informaciones acer­ca de diversas per­sonas y temas.[2]
 
Algunas de esas informaciones pasarían, transfi­gu­radas, a formar parte de sus tra­bajos o de los míos, según dejé constancia en mis publica­cio­nes.

En relación con Helena, creo que yo fui útil a May en relación con los datos anteriores a 1924; ella, en todo caso, me fue muy útil aclarando la vida posterior de quien terminaría revelándose como Helena Martínez Murguiondo (1895-1972): una monja para quien se solicitó que fuese beatificada.

Esa y muchas otras noticias y alguna conjetura acerca de la amiga de Norah Borges pueden verse en un trabajo que May dedicó a las ultraís­tas ar­gen­tinas.[3]

Guillermo de Torre tuvo desde 1920 contacto personal y epistolar con Juan Ramón.[4]

Norah y Torre, su esposo a partir de 1928, pasaron en 1931 a Madrid. Allí, Norah trabó conocimiento personal con Juan Ramón y su mujer. Ignoro si Norah y el poeta hablaron alguna vez de las “car­titas” juveniles de la argentina.

(Hamburg, 19-VI-2014)



[1] Ma­drid: Publicaciones de la Re­sidencia de Estudiantes, 2012 (Epístola, 11).


[2] Lorenzo Alcalá se ocupó de la vanguardia literaria argentina y brasileña, y en especial de la vida y obra de Norah Borges. Véase, por ejemplo, su libro Norah Borges. La vanguardia en­mas­carada. Buenos Aires: Eudeba, 2009. 


[3] May Lorenzo Alcalá: “La sociedad secreta de las mujeres ultraístas argentinas”: URL: [http://nodulo.org/ec/2009/n089p15.htm], consultada el 18-VI-2014. La autora dice allí: “Existe la hipótesis no com­pro­bada de que la selección de los autores de los poemas ultraístas la haya hecho uno de los directores de la publicación, Alfredo Bianchi”. Esa “hi­pótesis” es mí­a, y sí está comprobada – al menos si se confía en Bor­­ges como fuente, por­que éste así lo relata a Gui­llermo de Torre en carta inédita del 20-XI-1922: “la publi­ca­ción de la An­tología en el nú­mero 160 de Nosotros, empresa que costó al­gún trabajo y de cu­ya elec­ción de poemas el res­pon­sa­ble es Bianchi”.


[4] Véase mi libro: Correspondencia Juan Ramón JiméneNorah Borgesz / Guillermo de Torre, 1920-1956. Ma­­­drid / Frankfurt am Main: Iberoame­ricana / Vervuert, 2006.