Por Andrés López Velarde
Eduardo Chirinos (Lima, 1960), reconocido poeta de la llamada Generación del ochenta, es autor también de una obra ensayística que, sin ser prolífica como su poesía, merece una atención mayor a la que escasamente se le ha dado. No nos referimos necesariamente a El techo de la ballena[1] o a Nueve miradas sin dueño[2] –conjunto de ensayos sobre poesía peruana e hispanoamericana que recoge, en su mayoría, artículos publicados hacia fines de los ochentas en diarios y revistas del medio— , sino, en especial, a La morada del silencio,[3] una lúcida y elocuente reflexión acerca del silencio como rasgo poético en la obra de algunos poetas peruanos e hispanoamericanos del siglo XX.
Ciertamente, el tema del silencio en poesía no es inédito en los estudios sobre lírica peruana contemporánea, aunque sí es de los que menos se han estudiado. Uno de los antecedentes críticos al respecto (tal vez el único) es el memorable ensayo “Poetas peruanos frente a sus problemas expresivos”, del italiano Roberto Paoli.[4] Ya en ese estudio –que data de 1985— Paoli da cuenta de la aguda conciencia de la crisis de la palabra poética, especialmente en la obra de Emilio Adolfo Westphalen, Jorge Eduardo Eielson, Javier Sologuren y Blanca Varela, poetas peruanos a los que, en su mayoría, Eduardo Chirinos se refiere con detalle en su estudio.
Tuvo que pasar poco más de una década para que el tema del silencio volviera a estar en la agenda crítica de la lírica peruana. Chirinos, acertadamente, llevó a cabo esa tarea acompañado de un renovador aparato teórico. Lejos de una rígida visión esencialista o metafísica que busca definir una procedencia mítica del silencio que emerge en la lírica, Chirinos prefiere el análisis casuístico para detectar los mecanismos formales por los que se presenta y representa el silencio en los poemas. De esa manera, la atenta y sensible lectura del autor pone de relieve lo que el texto postula y exige del lector, y ese también es otro de los méritos de su trabajo.[5]
En consecuencia, la propuesta que Chirinos nos ofrece para el análisis textual reúne los aportes de la poeta y crítica norteamericana Rae Armantrout, la uruguaya Lisa Block de Behar y la española Amparo Amorós. Ellas ofrecen tres modelos paradigmáticos para describir las estrategias con las que el silencio se manifiesta en tres niveles: en el autor (especialmente durante el acto de creación poética), en el lector (a través del proceso de recepción literaria) y en el texto.
El final abrupto del verso o el poema, las conexiones extremadamente tenues entre sus partes, el uso de elipsis o supresión de palabras, la formulación de preguntas que quedan sin respuesta, el uso de interludios de lectura (paréntesis, variantes tipográficas, espacios en blanco, caligramas), o el fragmentarismo que se observa con el empleo del encabalgamiento léxico o el balbuceo de los versos, son –entre varias otras— las estrategias de representación del silencio.
Por otro lado, el fenómeno de la intertextualidad forma parte también de la reflexión acerca del silencio y la interpretación del poema. Dicho fenómeno se percibe al constatar que hay un puente que vincula al poema con la tradición literaria. Chirinos destaca que esa relación se establece y se comprende a través del concepto pragmático de presuposición, que “funciona como un poderoso operador intertextual.” (1998: 105). De esta manera, especialmente el análisis de los comienzos in medias res de un corpus de poemas, le sirve al autor para demostrar que el espacio de silencio se introduce cuando el operador intertextual (que puede ser una conjunción, una preposición, etc.) vincula al poema con un texto previo silenciado, que al ser percibido por el lector competente, programa su lectura. Cabe anotar que la intertextualidad literaria no se orienta hacia una obsesiva búsqueda de fuentes o influencias, sino a vislumbrar el proceso de diálogo y reelaboración entre el poema y los textos de la tradición precedente (o futura).
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Eduardo Chirinos |
Creemos que esta sistemática y rigurosa reflexión de Eduardo Chirinos tiene una virtud adicional, no solo por el tema que desarrolla (o quizás precisamente por eso mismo), sino sobre todo, por lo que suscita en el lector crítico. No deberá sorprendernos, por ejemplo, que a este estudio se le considere como una fuente de elementos relevantes para entrar al debate de la modernidad y postmodernidad literarias en Hispanoamérica. El corpus que Chirinos propone no solo abarca la obra de Westphalen, Sologuren o Eielson, sino también la del chileno Gonzalo Rojas y de las argentinas Olga Orozco y Alejandra Pizarnik.[6]
El lector familiarizado con la obra de esos poetas sabrá encontrar más de una evidencia que –especialmente después de la lectura del trabajo de Chirinos— nos hace pensar en una poética compartida por una vertiente de la poesía hispanoamericana postvanguardista, cuyos tópicos y códigos ahora se nos han hecho más visibles: la configuración de sujetos escindidos, el fragmentarismo textual, la representación caótica del mundo como metáfora de la urbe moderna, las categorías negativas o el disforismo exacerbado, la ironía intertextual, la crisis del lenguaje poético, o el desarrollo de una función metapoética que critica a la poesía desde la misma poesía, o la simulación de la escritura poética a través de una infinita rotación de signos que, en un gesto radical de desconfianza de la palabra, llega incluso a escoger la “retórica suicida” de la página en blanco.
Andrés López Velarde
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Notas
[1] Chirinos Arrieta, Eduardo. El techo de la ballena. Aproximaciones a la poesía peruana e hispanoamericana contemporánea. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1991.
[2] Ibídem. Nueve miradas sin dueño. Ensayos sobre la modernidad y sus representaciones en la poesía hispanoamericana y española. Lima: PUC Fondo Editorial, México D.F: Fondo de Cultura Económica, 2004.
[3] Ibídem. La morada del silencio. Una reflexión sobre el silencio en la poesía a partir de las obras de Westphalen, Rojas, Orozco, Sologuren, Eielson y Pizarnik. Lima: Fondo de Cultura Económica, 1998.
[4] Paoli, Roberto. “Poetas peruanos frente a sus problemas expresivos”, en Estudios sobre literatura peruana contemporánea. Firenze: Parenti, 1985; pp. 93-163.
[5] Cfr.: “Lo más valioso de este trabajo es que en ningún momento pierde de vista una de las consideraciones fundamentales de todo ejercicio crítico saludable: elaborar las reflexiones a partir de las necesidades de los textos mismos (y no a la inversa), con lo que consigue evitar el sectarismo metodológico tan arraigado en la crítica contemporánea.” (Vich, Cynthia. “Eduardo Chirinos. La morada del silencio…” [Reseña], en Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año XXV, Nº 51. Lima-Hanover, 2º semestre, 2000; p. 191).
[6] Hay trabajos que ya han contribuido a situar la lírica de algunos de estos poetas en el debate de la modernidad y postmodernidad hispanoamericana. Vid. García Liendo, Javier. “Alejandra Pizarnik o el suicidio de la palabra. Poesía, lenguaje y posmodernidad.”, en Dedo Crítico. Año III, Nº 4, Lima, noviembre 1997; y también el ensayo de mi autoría “Blanco y negro que no cesa: Versiones de la modernidad y postmodernidad en Jorge Eduardo Eielson”.
[2] Ibídem. Nueve miradas sin dueño. Ensayos sobre la modernidad y sus representaciones en la poesía hispanoamericana y española. Lima: PUC Fondo Editorial, México D.F: Fondo de Cultura Económica, 2004.
[3] Ibídem. La morada del silencio. Una reflexión sobre el silencio en la poesía a partir de las obras de Westphalen, Rojas, Orozco, Sologuren, Eielson y Pizarnik. Lima: Fondo de Cultura Económica, 1998.
[4] Paoli, Roberto. “Poetas peruanos frente a sus problemas expresivos”, en Estudios sobre literatura peruana contemporánea. Firenze: Parenti, 1985; pp. 93-163.
[5] Cfr.: “Lo más valioso de este trabajo es que en ningún momento pierde de vista una de las consideraciones fundamentales de todo ejercicio crítico saludable: elaborar las reflexiones a partir de las necesidades de los textos mismos (y no a la inversa), con lo que consigue evitar el sectarismo metodológico tan arraigado en la crítica contemporánea.” (Vich, Cynthia. “Eduardo Chirinos. La morada del silencio…” [Reseña], en Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año XXV, Nº 51. Lima-Hanover, 2º semestre, 2000; p. 191).
[6] Hay trabajos que ya han contribuido a situar la lírica de algunos de estos poetas en el debate de la modernidad y postmodernidad hispanoamericana. Vid. García Liendo, Javier. “Alejandra Pizarnik o el suicidio de la palabra. Poesía, lenguaje y posmodernidad.”, en Dedo Crítico. Año III, Nº 4, Lima, noviembre 1997; y también el ensayo de mi autoría “Blanco y negro que no cesa: Versiones de la modernidad y postmodernidad en Jorge Eduardo Eielson”.