jueves, 4 de noviembre de 2010

Miguel Gutiérrez: Aspectos ideológico-literarios de "El viejo saurio se retira"

 Por Álvaro Sarco


Aspectos ideológicos subyacentes

El viejo saurio se retira está inserta dentro de una posición literaria -en boga durante las décadas de los sesenta y setenta- destinada a interpretar socio-culturalmente un sector significativo de la realidad peruana. A la vez está orientada a expresar una línea ideológica de marcada oposición a los llamados sectores reaccionarios y al conservadurismo de derecha; oposición plasmada, básicamente, mediante la caricaturización de una de las instituciones más tradicionales: la iglesia. Este proyecto novelístico, amplio y ambicioso, está enraizado en un deseo del autor bastante difundido y conocido como para soslayarse, a saber, el de una transformación social y política de la nación peruana, transformación ésta que sería de tono izquierdista. Se sabe que Miguel Gutiérrez perteneció al importante grupo literario "Narración", grupo que si bien tenía diversas propuestas literarias personales, estaba unido por una convicción que implicaba el siguiente ingrediente básico; la identificación con las clases populares y por lo mismo, el deseo de aproximarse lo más posible a ellas mediante la escritura.

Con este fin, los integrantes del grupo "Narración" apostaron por una oralidad y un coloquialismo que, fundamentalmente, reflejaran el habla de las capas sociales que eran motivo de su preocupación. Entonces, la idea del autor no era sólo recrear de la manera más fiel posible el habla popular por el simple hecho de explotar un discurso con fines meramente estético-literarios. Por debajo de todo ese ejercicio narrativo de aquellos escritores estaba un intento de interpretación del fenómeno social. 

Para esta interpretación y denuncia Miguel Gutiérrez se vale en "El viejo saurio se retira" de ciertas esquematizaciones de cariz ideológico. En el mundo de la novela que nos ocupa los curas son el reflejo de una especie de arquetipo que engloba una serie de miserias; hipocresía, ignorancia, superstición, neurosis, intolerancia fascistoide, etcétera. El autor llega incluso, en ciertos pasajes, a abandonar la deseable posición de narrador objetivo y exhibe descarnadamente su intención política, caminando de esta manera por la peligrosa cornisa de la retórica:
Hubiera dado todo por ser alemán, pero era polaco y se sintió un un hombre sin patria, inútil. Sólo después en España descubrió el poder universal de la Iglesia. Era lo que él necesitaba. Franco había masacrado al pueblo español con ayuda del Clero, Hitler y Mussolini.
Hay también en la oralidad que usa abundantemente Miguel Gutiérrez, o en el traslado de la oralidad al texto escrito una construcción con un interés político e ideológico. Y esto se explica porque al inscribir el texto oral en un papel se descontextualiza el evento social que es el diálogo de dos o más personas, de tal modo que a la vez que se recrea parcialmente un hecho oral único también se agregan posiciones ideológicas dentro de un contexto armado a propósito. Aquí, Miguel Gutiérrez refiere anécdotas y diálogos para probar "algo", en principio; la grotesca deformación educativa de que son víctimas los jóvenes –sobre todo en materia sexual- por parte de la iglesia:
- Hermano no lo cuentes a nadie, pero fue verdad todo lo que teconté esa noche en el Puente Viejo.
- ¿Estás arrepentido?
- Ahora ya no; pero me amarga pensar que aquella vez corrí donde el confesor, desesperado.
- Puta, Rodolfo. A todos nos han jodido los curas.
Existe, por añadidura, cierta forzada pretensión de hacer encarnar ciertas posiciones políticas que le son odiosas al autor, en un solo personaje –Gaspercha-, consiguiendo con esto un efecto de caricatura que desmerece la eficacia del universo de los adolescentes, principalmente el de Rodolfo, Paco, Muelita y Chopipo.

En suma, creemos que todo lo anterior, si bien no ensombrece gravemente la novela, no ayuda en nada a enriquecerla, más bien este encasillamiento e irrupción de las opiniones o interpretaciones históricas del autor terminan por disminuir la libre aprehensión de la propuesta socio-cultural narrativa de la obra en cuestión.

Aspectos técnico-literarios

Más allá de la señalada impronta política que sin duda fue un móvil poderoso en el acto creativo de Miguel Gutiérrez, está también una intención que la expresión literaria lleva implícita y que tuvo que afrontar; nos referimos directamente a un compromiso con la escritura.

Y es en este último aspecto, donde la novela El viejo saurio se retira ha tratado de asumir, ante todo, un cabal compromiso con la literatura. Esto lo hizo a través cierta neutralidad al nivel de los contenidos discursivos, es decir, encarando la complejidad y la problemática psicológica de los personajes sin apelar excesivamente al discurso panfletario. La complejidad del universo novelesco no se ve entorpecida, entonces, por ninguna grave manipulación ideológica, a excepción de la ya señalada en el capítulo anterior.

El enunciado novelesco, entonces, pretende, en la mayoría de pasajes, reproducir los modales y la sintaxis de los habitantes de su universo, y creemos que lo consigue casi de forma impecable, tal y como exige el neorrealismo al que está inscrito esta novela. Prueba de ello es este pasaje que recrea extraordinariamente el tono y la intención de un colegial pícaro y travieso:
El profesor Albán, que es persona leída, no por las puras ha estudiado Derecho, aunque enseñe mariconadas como ay, el romanticismo, ay que volverán las oscuras golondrinas, ay que hay golpes en la vida tan fuertes yo no sé, tan grandazo y tan... bueno, de todas maneras es abogado y sabe lo que habla.
La novela tiene como núcleo el caso de Pavudo Saldaña; una especie de héroe juvenil que está en la memoria de todos y que es recordado constantemente como símbolo del éxito, pero también como el mejor ejemplo de alguien a quien la popularidad precipita a desafíos que superan sus propias fuerzas y que por lo mismo terminan aniquilándolo.
Es entonces la historia de este joven, que atraviesa toda la novela, el nudo a través del cual se ligan otras historias que tienen como ingrediente fundamental la experiencia sexual confrontada a fenómenos que la deforman; las enfermedades, la moralidad imperante, y la posición, frente a este tema, neuróticamente culposa de la religión. Los acontecimientos están narrados desde distintas perspectivas; los diálogos de los adolescentes le dan fluidez y frescura a la novela, los monólogos; profundidad psicológica.

En ese sentido y considerando lo anterior sobre Pavudo Saldaña, diremos que el acontecimiento nuclear no es presentado directamente, sino referido indirectamente por las voces individuales a través de remembranzas y evocaciones que se insertan dentro de contextos bajo la forma de claves que nunca son esclarecidas del todo.

Miguel Gutiérrez
Con este fin, Miguel Gutiérrez consigue, desde el punto de vista técnico, novelizar una cultura oral, es decir, consigue darle una estructura narrativa a un universo donde impera lo dialóguico incluso en la esfera más íntima del individuo, como es su inconsciente. Para tal efecto, Miguel Gutiérrez echa mano del recurso literario llamado "monodiálogo"; es decir, del entrelazamiento de la recreación de las conversaciones cotidianas de los individuos con las deliberaciones, que en su fuero privado, hacen los entes particulares.

El monodiálogo cumple así un rol fundamental en la novela El viejo saurio se retira, pues de este modo Miguel Gutiérrez consigue enlazar el espacio referencial de la novela, es decir, el tiempo posterior al sermón del padre Gaspercha –sermón en donde se ocupa de la muerte y el supuesto sin sentido de la existencia de Pavudo Saldaña-, con las diferentes fragmentos temporales-narrativos de cada uno de los protagonistas. A partir de este recurso los diferentes discursos se vinculan –pese a los quiebres temporales- y adquieren su significación. Así, encontramos consecuencias o explicaciones en un mismo bloque narrativo y en distintos planos temporales:
Pero esta tarde había sido distinto: el cura Gaspercha para ilustrar el proceso de corrupción de la carne, había echado mano del pobre Pavudo Saldaña. Entonces Muelita había comenzado a flaquear, porque recordó a su hermano Lucho ahogado en una de las crecientes del río Piura, cinco años atrás, mientras el coloradito Saldaña (porque todavía no era el Pavudo Saldaña) intentaba salvarlo.
Son los diálogos y los monólogos los que permiten la dinámica de la obra. Por lo general, entonces, nos enteramos de las historias por los propios personajes, los que de esta manera nos refieren su particular manera de entender las cosas. Así, se configura un mosaico de puntos de vista que pretende abarcar la mayor cantidad de realidad posible, en la medida de que hay una intención de describir el comportamiento humano y su entorno, o por representar figuras y objetos tal y como actúan o aparecen en la vida diaria.

Por otro lado, en esta novela predomina el psicologismo, entendido este como un interés por penetrar el mundo interior de los personajes. Pero Miguel Gutiérrez evita en lo posible hacerlo desde su posición de narrador omnisciente, generalmente prefiere que sus propios protagonistas se interroguen y piensen sobre sus estados de ánimo. Para logra este efecto el escritor hace uso del monólogo interior.

Así, Miguel Gutiérrez logra recrear una realidad subjetiva, la mayoría de veces sin una secuencia lógica –como efectivamente pasa en el pensamiento real, o en el inconsciente dejado a su libre albedrío:
Magali, tú también desnuda estarías conmigo, pero ya no sigas flagelándote Muelita, Lucho está bien muerto, no te tuerzas Paco, y tú gordo eres como la gramputa porque eres un hipócrita de mierda, no lloro, no hay que llorar, no hay que estar tristes, ya no cantaré Laudate Dómine, díganme qué debo cantar, qué quieren que cante, vuelve Magali, vuelve, Fifo te espera...
En lo que respecta a los personajes, predominan, en esta novela, aquellos que podrían situarse dentro de lo que se denomina clases populares, es decir, habitantes de la clase media baja. Sin embargo, es de notar que en su mayoría los protagonistas, como Rodolfo, provienen de una clase de hacendados que ha caído en desgracia.

Ya no pertenecen a la clase alta –a excepción del gordo Chopipo- y por lo mismo tienen una dosis de resentimiento que los lleva a ser irreverentes, anticlericales, aunque no por un íntimo convencimiento de su irreligiosidad, sino como simple postura rebelde contra lo tradicional y contra aquello que coacte su libertad y su desenfado.

En este punto es importante resaltar, por último, la inocultable influencia –tanto en la forma como en la propuesta a nivel de contenido- que "El viejo saurio se retira" tuvo de libros de cuentos como "Los inocentes", de Oswaldo Reynoso, o "Los jefes", de Mario Vargas Llosa.

Conclusiones

   1. El viejo saurio se retira está inscrita dentro de una narrativa preocupada por elaborar y difundir un discurso emparentado con lo popular.
   2. La oralidad, el coloquialismo, y una temática que enfoca la cuestión social, son los elementos que, escritores como Miguel Gutiérrez, incorporan como parte sustancial de su ejercicio narrativo.
   3. El eje argumentativo de El viejo saurio se retira tiene que ver con la amenaza, al desarrollo sexual de ciertos jóvenes provincianos, por parte de una religión castrante, hipócrita y profundamente culposa.
   4. Desde un punto de vista formal, la novela funciona sobre la base de la técnica del "monodiálogo" y de un constante entrelazamiento de planos temporales.


Bibliografía

   1. ALARCÓN, Alberto; Poetas y narradores contemporáneos (de la región Grau). Editorial San Marcos. Lima, 1999. 325 páginas.
   2. FREYRE, Maynor; Altas voces de la literatura peruana y latinoamericana (segunda mitad del siglo XX). Ediciones San Marcos. Lima, 2000. 348 páginas.
   3. GUTIÉRREZ, Miguel; El viejo saurio se retira. MILLA BATRES ediciones. Lima, 1969. 180 páginas.
   4. HUESO HÚMERO; Director: Abelardo Oquendo. Lima, 1980. Enero-Marzo. 122 páginas.
   5. LAUER, Mirko; El sitio de la literatura (escritores y política en el Perú del siglo XX). Mosca Azul Editores. Lima, 1980. 136 páginas.
   6. TORO MONTALVO, César; Literatura peruana siglo XX. Ediciones educación a distancia. Lima, 1995. 260 páginas.


Álvaro Sarco