miércoles, 5 de julio de 2017

¡Kenji para director de El Comercio!

Por Ricardo Vásquez Kunze


El Comercio nunca deja de sorprender. En su editorial de hoy afirma que "en Fuerza Popular, a quien propone ideas razonables le reclaman madurar". Esto en alusión a las reiteradas veces que el congresista Kenji Fujimori se ha opuesto públicamente a diferentes posiciones de su bancada, que el diario enumera y a las que obviamente también se opone.

Independientemente de lo que a El Comercio le pueda parecer maduro o inmaduro, razonable o irracional, la crítica de los colegas del congresista Fujimori apunta al hecho de que este no asume ninguna responsabilidad dentro de la agrupación política por la que fue elegido ni tampoco por la función parlamentaria que ejerce esporádicamente, como es bien sabido por aquellos que nunca lo ven en el Congreso.

El hecho es que Kenji Fujimori no discrepa internamente, dando la batalla política en contra de lo que no cree en el seno de su partido, sino que lo hace desde fuera, como un ciudadano particular, disparando contra los acuerdos tomados por el colegiado de su bancada. ¿Cuál es, entonces, el sentido de pertenecer a un partido? ¿Acaso un simple vehículo para salir electo cada cinco años y después bien gracias? ¿Es eso razonable? ¿O acaso piensa que por no participar de los acuerdos internos de su bancada, no está sometido a la disciplina de votar con ella? ¿Es eso maduro?

El mismo patrón es utilizado por el señor Fujimori con respecto al Congreso como institución. Los congresistas tienen grandes privilegios de los que Kenji Fujimori disfruta. Sin embargo, denuesta del Parlamento como si él no fuera congresista y como si con él no fuera la cosa. Es decir, recibe todos los beneficios inherentes a su cargo pero se niega a asumir las responsabilidades del mismo, como son involucrarse en la toma de decisiones, participar de las comisiones, debatir, presentar leyes, entre otras. Fujimori Higuchi asume así los activos del privilegio de ser congresista pero se desentiende olímpicamente de los pasivos que suelen generar las decisiones del primer poder del Estado. Así cualquiera.

Y como al Decano esto le parece razonable y maduro, ¿no sería mejor que la próxima vez Kenji se postule para director de El Comercio?