sábado, 26 de noviembre de 2011

Guillermo de Torre y José Carlos Mariátegui (1926-1929)


Por Carlos García (Hamburg)
[carlos.garcia-hh@t-online.de]


Los escasos testimonios conservados de la correspondencia que mantuvieron el crítico y periodista español Guillermo de Torre (Madrid, 1900-Buenos Aires, 1971) y el escritor y político peruano José Carlos Mariátegui (1894-1930) fueron publicados originalmente por Antonio Melis en Lima, en 1984, como parte de la Correspondencia (1915-1930) del peruano.

Considero útil actualizar esa edición, por dos razones: porque el hacerlo ayudará a relativizar la difundida opinión acerca del desinterés político de Torre (por él mismo mencionado),[1]   y porque creo estar en condiciones de hacer algunos aportes para la mejor inteligencia de esas cartas, iluminando algunos detalles no mencionados en la edición peruana, por cierto meritoria, pero hecha con otras miras.

Este suscinto epistolario permite además, una vez más, apreciar la curiosidad ecuménica de Torre.

Mariátegui era una de las figuras más descollantes en el campo intelectual peruano e hispanoamericano de la época, a quien no puede hacerse justicia en un trabajo como el presente. Baste mencionar que a pesar de su decidida militancia política, permaneció abierto a cuestiones estéticas y literarias, y que mantuvo contacto con numerosos artistas y escritores de Hispanoamérica (incluídos varios argentinos).

Su revista Amauta (1926-1930) es una de las fuentes más importantes para conocer el estado de la cuestión política latinoamericana por esas fechas, al tiempo que muestra un amplio panorama del trasfondo cultural.[2]

Reproduzco las cartas en orden cronológico y respetando la edición original.

Mis aportes son, aparte de la breve introducción, las notas agregadas al pie de cada misiva.
[1] 
[Carta de Guillermo de Torre a José Carlos Mariátegui, mecanografiada. Archivo Mariátegui, Lima, Perú. Fuente: José Carlos Mariátegui: Correspondencia (1915-1930). Introducción, compilación y notas de Antonio Melis. Lima: Biblioteca Amauta, 1984, I, 136; cf. también Horacio Tarcus: Mariátegui en la Argentina o las políticas culturales de Samuel Glusberg. Buenos Aires: El Cielo por Asalto, 2001, 229-230.] 
[Membrete:] Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid[3]

[Madrid,] 16 de febrero de 1926
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Lima (Perú)

Distinguido compañero: 
Por dos conductos diferentes –uno, el de nuestro común amigo argentino Oliverio Girondo–[4] y otro, el de un escritor peruano residente en Madrid– llega a mi conocimiento el artículo de Variedades que usted ha tenido la espontánea gentileza de dedicar a mi libro crítico.[5] Mil gracias por los conceptos elogiosos[6] y por los que no son tales.[7] Me gustan las objeciones y refutaciones. Las de usted quizás sean certeras en algunos puntos, menos atinadas en otros. Pero todo esto habría que discutirlo con vehemencia y tranquilidad al mismo tiempo. Mas estamos lejos, el tiempo falta, sería muy difícil que nos aproximásemos... Con todo, si llego a Buenos Aires, como pienso, ya le hablaré desde allí.[8] 
El agradecimiento, la simpatía intelectual y los saludos de su compañero 
Guillermo de Torre
Correspondencia:
Av. Pí y Margall, 7, 8°, Madrid (12)[9]
.....
No queda en claro si hubo más contactos entre Torre y Mariátegui entre una carta y la otra. Por mi parte, presumo que sí los hubo, ya que Torre anunció en su primera misiva que retomaría el contacto desde Buenos Aires, y se conoce su tesón epistolar.

Mariátegui alude a Torre en una carta remitida desde Lima el 6 de mayo de 1927 a Xavier Abril, quien a la sazón se encontraba en Madrid, como Torre: “Salude a Guillermo de Torre y pídale algo para Amauta que es ya una tribuna hispano-americana. Va a todos los países de Hispano-América.” Ignoro si Abril cumplió el encargo y, en caso positivo, si Torre escribió. Por lo pronto, Mariátegui debe haber remitido a más tardar a fines de 1928 su libro 7 ensayos, junto con algunos ejemplares de su revista. Como fuere, la segunda y última misiva descubierta hasta hoy es la siguiente:
[2] 
[Carta de Guillermo de Torre a José Carlos Mariátegui, mecanografiada (Archivo Ma¬riátegui, Lima, Perú. Fuente: José Carlos Mariátegui: Correspondencia (1915-1930). Introducción, compilación y notas de Antonio Melis. Lima: Biblioteca Amauta, 1984, II, 581-582; Tarcus, 2001, 242-243.] 
[Membrete:] Guillermo de Torre
Paraguay 1341
Buenos Aires, 16 de junio de 1929

Sr. José Carlos Mariátegui 
Mi querido amigo y admirado compañero: 
Le agradezco mucho el envío de los últimos números de Amauta y de su magnífico y convincente libro 7 ensayos.[10] Me ha sido grato volver a adquirir contacto con sus escritos y con su revista, de la que había perdido casi la pista –con excepción de algún número que encontré aquí en la librería de Samet–[11]   desde que dejé Madrid. Pues aunque le parezca extraño –y ésta es una simple observación, sin que pretenda complicarla con ningún argumento meridiánico[12] desde Madrid se tiene –el que quiere y puede tenerla– una visión más completa y global del movimiento literario de todos los países de América que desde Buenos Aires. Esto no quiere decir que desde aquí no se vean, a su vez, muchas cosas, y especialmente Europa, tan bien como por el espectroscopio de Keyserling...[13] 
No quiero decirle nada aún de su libro, porque sé que a usted no le satisfaría un elogio banal y porque antes quiero leer en su integridad todos los capítulos. Después, si ningún colaborador de Síntesis (trabajo en La Nación, en su suplemento literario, como sabrá, pero allí apenas escribo con firma)[14] se me anticipa –cosa no presumible– le haré ahí una nota efusiva. 
Le agregaré que me han interesado mucho sus estudios sobre Defensa del marxismo.[15] En unión de la lectura sincrónica de un libro recientísimo de Emmanuel Berl –Mort de la pensée bourgeoise se llama–[16]  han contribuido a despertarme una apetencia de curiosidad sobre un sector de ideas políticas, que yo antes –totalmente entregado a las de índole estética y filosófica– no creí poder sentir de cerca. Así se lo he dicho a nuestro común amigo el uruguayo Morenza, felicitándole por el artículo que le ha dedicado a usted en La Cruz del Sur.[17] 
Si Amauta sigue publicándose –¿qué tal esas dificultades?– me gustaría mandarle más adelante algo mío, con algún dibujo de mi esposa Norah Borges, de la que ya salió algo en esas páginas.[18] 
Enhorabuena por sus actividades y un saludo amistoso de su affmo. 
Guillermo de Torre
.....
Según las informaciones a mi alcance, nada de Torre apareció en Amauta.

Mariátegui, por su parte, había abandonado por cuestiones de salud el trabajo al frente de la revista a partir de abril de 1928 (según se informa en el número 14), que retomaría con intermitencias cada vez más espaciadas. Fallecería dos años después, el 16 de abril de 1930, antes de poder realizar su largamente acariciado plan de trasladarse a la Argentina.


Carlos García
(Hamburg, enero de 2006 / marzo de 2011)

______
NOTAS

[1] Es palpable en sus escritos el anticomunismo del Torre adulto, mientras que apenas se conoce su opinión y su actuación en pro de la República Española (desde un punto de vista liberal de moderada izquierda); sobre el tema hace falta un trabajo esclarecedor.

[2] La revista apareció entre 1926 y 1930. Existe una reedición facsimilar, con introducción de Alberto Tauro: Amauta. Revista mensual de doctrina, literatura, arte, polémica. Lima: Empresa Editora Amauta, 1976, 6 volúmenes. Véase también Alberto Tauro: Amauta y su influencia. Lima: Biblioteca Amauta, [1960] 1987 (contiene un índice de lo publicado en la revista).

[3] Sobre la institución, cf. Antonio Ruiz Salvador: El Ateneo científico, literario y artístico de Madrid (1835-1885). Londres: Támesis, 1971. Torre escribía a menudo allí o en papel con membrete de la institución, o la utilizaba como poste restante.

[4] Girondo y Mariátegui, quienes mantuvieron una breve correspondencia, se habían conocido personalmente en 1924, durante la gira del primero por países latinoamericanos, en el marco del llamado “Frente Único”: una iniciativa desarrollada por Girondo, el escritor argentino Ricardo Güiraldes, el pintor uruguayo Pedro Figari y otros, cuyo fin era estrechar lazos con las juventudes artísticas del continente. El periódico porteño Martín Fierro informó en algunos de sus números acerca de las evoluciones del viaje (cf. “Oliverio Girondo en misión intelectual”: Martín Fierro 7, julio de 1924; Jorge Schwartz: Homenaje a Girondo. Buenos Aires: Corregidor, 1987, 173-174). Mariátegui, por su parte, había publicado un ensayo sobre “Oliverio Girondo” en Variedades, Lima, 15 de agosto de 1925 (reproducido en sus Temas de nuestra América. Lima: Biblioteca Amauta, 1960 y en Schwartz 1987, 175-177). Allí menciona dos veces a Torre: en pág. 275: “La literatura europea de vanguardia –aunque esto disguste a Guillermo de Torre– representa la flor ambigua de un mundo en decadencia. No la llamaremos literatura fin de siglo para no coincidir con Eugenio D’Ors. Mas sí le llamaremos literatura fin de época”; y en pág. 276: “Guillermo de Torre se da cuenta en su apología de las literaturas europeas de vanguardia de que ‘voces de un acento puro, noble y dramático sobresalen entre el coro de voces algo irónico y humorístico que forman los demás poetas de Europa’”. Cf. también José Carlos Mariátegui: Crítica literaria. Ensayo preliminar de Antonio Melis. Buenos Aires: Ed. Jorge Álvarez, 1969 (Col. Los Clásicos Latino Americanos) – libro que reproduce los ensayos de Mariátegui sobre Girondo y Torre, así como otros sobre Raymond Radiguet, Panait Istrati, Miguel de Unamuno, Paul Morand, Henri Barbusse, Philippe Soupault, Rainer María Rilke, Bontempelli, Curzio Malaparte, Mariano Azuela, Ramón del Valle Inclán, Máximo Gorki, Joaquín Edwards Bello, Stefan Zweig, Pedro Henríquez Ureña, John Dos Passos, Luis Araquistain, André Breton, Valery Larbaud, etc. El texto sobre Girondo ha sido reimpreso en su Obra completa. Raúl Antelo, coord. Madrid: ALLCA XX, 1999, 614-616.

[5] Torre alude a la reseña de José Carlos Mariátegui: “Literaturas europeas de vanguardia”: Variedades XXI.926, Lima, 28 de noviembre de 1925, 3759-3760; reproducida en El artista y la época. Obras completas, 6. Lima: Amauta, 1959, 114-119.

[6] Mariátegui había calificado el libro de Torre como “el mejor y el único vehículo disponible para una excursión por todas las escuelas de vanguardia”.

[7] Mariátegui había criticado en el libro de Torre lo que veía como un inapropiado equiparamiento hecho por éste entre algunas tendencias del momento, y también la ansiosa preocupación de Torre sólo por lo nuevo, así como la falta de tematización de lo social y lo político.

[8] Aunque Torre planeaba trasladarse a Buenos Aires ya desde 1924, realizó su plan recién en septiembre de 1927. Allí desposaría en 1928 a la hermana de Jorge Luis Borges (Norah), con quien estaba ennoviado desde comienzos de la década. En Argentina, Mariátegui y Torre publicarían en algunas revistas comunes (por ejemplo en Sagitario, de La Plata, provincia de Buenos Aires).

[9] La dirección que Torre anota como propia era la de la Revista de Occidente, prestigiosa publicación fundada y dirigida por José Ortega y Gasset, para la cual Torre escribía regularmente, sobre todo reseñas de libros.

[10] 7 ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana (1928). Ramón Doll reseñó ampliamente el libro en Nosotros XXIII.279, Buenos Aires, abril de 1929 (reproducido en Tarcus 2001, 258-262).

[11] Un anuncio de la Librería Samet, sita en Avenida de Mayo 1260, Buenos Aires, apareció en La vida literaria 7-8, diciembre de 1928, promocionando la aparición de los 7 ensayos de Mariátegui (Tarcus 2001, 96). Torre publicaría una entrevista con el librero y editor Samet: “Ante la exposición del libro argentino y uruguayo en Madrid. Lo que dicen los editores bonaerenses. El editor Jacobo Samet”: La Gaceta Literaria III.54, Madrid, 15-III-29, 7.

[12] Torre alude al “conflicto del Meridiano” de 1927, desatado por él mismo con un editorial publicado sin firma en Madrid (“Madrid meridiano intelectual de Hispanoamérica”: La Gaceta Literaria 8, 15-IV-27, 1), que ocasionó una polémica entre varios escritores sudamericanos y españoles. Mariátegui terció en esa polémica, en contra de las pretensiones hegemonistas de Madrid, con “La batalla de Martín Fierro”: Variedades, Lima, 24-IX-27; reproducido en su Temas de nuestra América, 115-118 y en Jorge Schwartz: Las vanguardias latinoamericanas. Textos programáticos y críticos. Cátedra: Madrid, 1991, 559-561 (allí también, en pp. 554-557, el texto de Torre).

[13] El conde Hermann von Keyserling (1880-1946) visitó Buenos Aires en 1929, adonde fuera recibido por el grupo de la revista Sur, alrededor de Victoria Ocampo (Torre fue secretario de la revista). Sobre el escritor balto-alemán, con quien mantuvo correspondencia, cf. Victoria Ocampo: El viajero y una de sus sombras (Keyserling en mis memorias). Buenos Aires: Sudamericana, 1951. Otra opinión coetánea sobre él: Rodolfo Puiggrós: “Keyserling en idea y en persona”: Nosotros 241, Buenos Aires, 1929. El Diario de viajes de un filósofo de Keyserling, anterior a su viaje a la Argentina, fue traducido por Manuel García Morente. Madrid: Espasa-Calpe, 1928. Cf. también Meditaciones suramericanas. Traducción de L. López Ballesteros y Torre. Madrid: Espasa-Calpe, 1933 (hay también una impresión pirata chilena), reseñado por José Luis Romero: “Introducción a un sudamericanismo esencial [Meditaciones suramericanas. Conde Herman Alexander Keyserling]”. Sur 8, Buenos Aires, septiembre de 1933. Acerca de la relación de Keyserling con Ramón Gómez de la Serna, cf. mi ensayo “Ramón y Keyserling (1931)”: BoletínRAMÓN 16, Madrid, primavera de 2008 (marzo), 3-11.

[14]  En efecto, decenas de títulos de Torre aparecieron en La Nación sin su firma. Torre conservó recortes de muchos de ellos, que ahora se encuentran en su archivo póstumo, depositado en la Biblioteca Nacional (Madrid), y cuya edición preparo. Torre colaboró también en Síntesis, donde presentó a varios autores y libros españoles, pero, hasta donde alcanzo a ver, no publicó ninguna reseña del libro de Mariátegui.

[15] Los ensayos aparecieron en la revista Amauta entre septiembre de 1928 y junio de 1929; en forma de libro, lo hicieron póstumamente en 1934. Reedición: Lima: Amauta, 1985. Reseñas en Buenos Aires: Ramón Doll: “Mariátegui y el marxismo”: La vida literaria 20, mayo de 1930; Crítica. Buenos Aires, 1930 (Tarcus 2001, 262-264); Antonio Gallo: “El último libro de Mariátegui: Defensa del marxismo”: Claridad. Revista de arte, crítica y letras. Tribuna del pensamiento izquierdista 207, 24 de mayo de 1930 (Tarcus 2001, 265-267).

[16] Emmanuel Berl (1892-1976): Mort de la pensée bourgeoise apareció en París: Grasset, 1929; reedición: París: Laffont, 1970.

[17] La reseña de Jaime L. Morenza apareció en La Cruz del Sur 23, Montevideo; fue reproducida bajo el título “Un nuevo libro de Mariátegui” en Mercurio peruano XII.xviii, 129-130, Lima, mayo-junio de 1929, 289-293, y recogida en José Aricó, comp.: Mariátegui y los orígenes del marxismo latinoamericano. México, 1978, 244-249.

[18] Por estas fechas habían sido publicados dos dibujos de Norah Borges, “Las dos hermanas” y “La colegiala” en Amauta 3, noviembre de 1926, 17 y 19, el primero antepuesto a un texto de César Vallejo titulado “Poesía nueva”. Los dibujos de Norah no aparecieron, hasta donde alcanzo a ver, en ninguna otra de sus publicaciones. Ignoro por qué canales surgió el contacto entre Norah Borges y la revista (no parece haber sido a través de Torre, aunque éste siempre ofrecía trabajos de su novia y luego esposa a las personas y revistas con las que tenía relación). Teniendo en cuenta que en Amauta publicó también la argentina María Clemencia López Pombo, amiga de Norah, puede conjeturarse que fuera por su intermedio. Acerca de María Clemencia, véanse las notas en mi libro Federico García Lorca / Guillermo de Torre. Correspondencia y amistad. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2009, 86-99.